jueves, 13 de octubre de 2022

The Most Beautiful Boy in the World

 

No estoy escribiendo nada nuevo si subrayo que “Muerte en Venencia” es una película de culto por muchas razones. Para Visconti, el Von Aschenbach [Dick Bogarde] de Thomas Mann no es un sujeto perseverante y por razones más bien de tipo de personalidad. Enamorado de un niño, se contiene en el umbral de esa fogosidad y no la trasfiere (tampoco es su objetivo). Visconti [un homosexual convencido] en esta cinta pues al plantear la belleza y su contemplación [de igual valor en la obra de Mann], recuerda a Hegel sobre el arte: “es el medio gracias al cual el hombre exterioriza lo que es”.

Pero ante la actitud contemplativa de Tadzio, Visconti también deja en su película “Muerte en Venecia” el aroma sobre la belleza muy próximo a Aristóteles. Pero en el documental sueco, la belleza (y dada la vejez del actor que encarnó a Tadzio) y al llegar al punto de vista según Descartes, los realizadores del documental y en lo personal, miramos la belleza como “producto del orden y exactitud de la razón, completamente alejado de lo sensible (los sentidos son engañosos), y creado por la res cogitans” y al margen por supuesto de lo homosexual.

Entonces el documental sueco hoy a analizar me permite ahondar más en el concepto de belleza. Si bien, lo bello y lo bueno son emociones disímiles, ambos coinciden en que proyectan ser universales e ineludibles. La visión de la belleza es en Kant un concepto que supera la relación con lo fenoménico. Lo bello es aquello que agrada sin interés alguno. El desinterés es la circunstancia de eventualidad de la experiencia estética. La belleza sería una de las categorías de la estética vista como trascendental (creación del sujeto desde la razón).

Dentro de la estética trascendental las condiciones de tiempo y espacio están por supuesto dentro del mundo fenoménico, pero son universos del sujeto, que decreta el escenario desde la cognición. La tentativa kantiana de instituir la belleza como categoría es partir de “la realidad sensible”, erigida por la razón, y tratar de ser la máxima aseveración de la razón sobre la realidad (universal y necesaria).