El género de la ciencia ficción y las incursiones
alienígenas a la Tierra, ha sido constantemente uno de los preferidos del gran
público, aterrorizando en ocasiones y que valga el ejemplo y rememoración: a la
urbe con programas radiofónicos como “The War of the Worlds” (“La guerra de los
mundos”) de Orson Welles en 1938, o evocando las novelas al cine comercial en
la década de los 50 con filmes a modo de “It Came from Outer Space” (“Vinieron
del Espacio”, 1953), tradicional entre clásicos.
Con cientos de películas que se pueden catalogar a
través de tres tópicos como la filtración, la ocupación o el ataque directo de
una civilización extraterrestre, y apelando a disímiles tonos como la ciencia
ficción, el terror, el mismo conflicto bélico o el humor; la película que hoy
nos ocupa, es verdaderamente una prueba de fuego de su director Jordan Peele
como uno de los grandes redentores del género de terror.
Tras su debut
en “Déjame salir” (2017), cuyo guion original ganó un justo Oscar, y que
pudo haber creado una serie de expectativas del realizador cinematográfico,
Peele triunfa de nuevo, encumbrándose como un cineasta de autor con
capacidades, y oportuno para aunar crítica social surgiendo de esas
profundidades que solicitar su lugar.
Quizás (y digo tal vez) el filme que nos ocupa, “Nop”,
es el ejemplo perfecto de películas de ciencia ficción [y algunos matices del
terror de serie B]; como la estrenada en 1958, “La masa devoradora”, que hace
referencia a una entidad alienígena de enorme tamaño [análoga a una ameba
adherente] que horroriza a una pequeña localidad de Pensilvania tras
estrellarse en la Tierra como parte de un meteorito. “Nop” y “La masa
devoradora” son títulos destinados a
crear todo tipo de debates, pero que jamás dejará impasible a nadie. Además, no
se admiten medias tintas.
Una historia de todos modos sobre OVNIS tan bizarra y
algo diferente a este tipo de filmes y género. Este director, más próximo a M.
Night Shyamalan de “Señales” (2002), se mueve en su propia intuición y
personalidad, y genera la inquietud y suspenso en el primer tercio del filme.
En el segundo tercio, Peele iguala el sentido del espectáculo específico de
estas anécdotas [además, con pocos personajes] de ciertas civilizaciones
extraterrestres superiores que arriban a la Tierra sin pedir audiencia.
De todas formas, tengo que hacer una reminiscencia a
mi filme favorito de Spielberg “Encuentros cercanos del tercer tipo” (1977) por
aprehender, tanto ese hechizo que la ufología eternamente ha despertado en el
ser humano, y escenas cargadas de misterio y mucha aprehensión. En la parte
final de la película, no se interrumpen ahí esos resortes spielbergrianos
presentes en “Nop”, ya que todo el trecho final, atiborrado de imágenes
poderosísimas, parece que se revierten los roles, en ese amenazador cielo
californiano.
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