miércoles, 29 de diciembre de 2021

Don't Look Up

 

Comparaciones a un lado, “No mires arriba” de Adam McKay [“La gran apuesta” (2015), en la que el tono cómico predominaba, pero la historia que se narraba era lo suficientemente seria] parece —digo parece— una majadera y fútil cinta en su ideología, pero intentaré descifrar que es mucho más seria que un filme circunspecto mal contado. Y es que la juiciosa propuesta de un profano Armagedón [día del juicio final] que remueve nuestra era, gira en torno a un grupo de astrónomos [Kate Dibiasky (Jennifer Lawrence), estudiante de posgrado de Astronomía, y su profesor, el doctor Randall Mindy (Leonardo DiCaprio)] que hacen todo lo posible por impedir el impacto inaplazable de un asteroide contra la Tierra.



Se nota el duelo narrativo al momento de relacionar de manera orgánica los desiguales personajes [masculinos, femeninos, majaderos y al postre nada vehemente]; lo que da pie a un lúcido entramado de argumentos que obedece tanto a la comedia como al intento de expresar nuestro presente. De pronto, en este sentido el montaje tiene gran importancia.

Si de pronto usted cree [por un mass media como la tv., la ciencia, los intereses de los ricos del planeta, las superpotencias, etc.] que está siendo víctima de la frivolidad o vanidad que trata de ridiculizar a la larga estas formas de “ver la vida”. El conflicto no es que el ser humano o el “hombre americano”, para el caso del filme norteamericano deambulen a la hora de prescribir nuestros trastornos y vergüenzas, sino que sus artimañas son tan tópicas que es difícil tomárselas en serio. Con base en lo anterior estamos ante una película [reitero comedia, drama, ciencia ficción] y un relato bajo el concepto de la sátira menipea. Celiméndiz (2015) afirma:

            La menipea surge del folclore carnavalesco, como una forma de lo serio-cómico, y llega hasta nuestros días de muy distintas formas. Las catorce características establecidas por Bajtín, aunque aparentemente heterogéneas, resultan poseer una unidad orgánica que posibilita su acercamiento a las distintas formas de lo fantástico […] Dichas características son: (1) preeminencia de la risa; (2) libertad temática y filosófica; (3) las aventuras dan pie a hechos fantásticos; (4) todo se combina con un naturalismo de bajos fondos; (5) se ponen a prueba las últimas posiciones filosóficas; (6) aparecen los tres planos de lo sagrado: tierra, cielo, infierno; (7) fantasía experimental que trastoca la escala de los fenómenos; (8) personajes inhabituales; (9) se viola lo políticamente correcto; (10) oxímoros y contrastes [esto muy garciamarquiano, sin bien los anteriores también tiene cabida en su obra; (11) utopía; (12) géneros intercalados; (13) diferentes estilos y tonos y (14) carácter polémico de actualidad.

Si usted se lo propone, puede sacar ideas y conclusiones de los 14 puntos establecidos. En el segundo ítem bajtiano por ejemplo, se puede concebir en la escena musical con la estrella latina del pop Ariana Grande y el rapero Kid Cudi, cantando un el último concierto, antes de que el mundo se acabe [¡cómo les parece!]; y sin que haya circunscrito principio alguno, un ámbito de influjo de un categórico santuario y feroz a narrar las “epifanías” de un dios menor.

Vale la pena aclarar que una sátira no tiene como propósito principal esa carcajada azarosa y ocasional [aunque en el filme los produce y son realmente efectivos, simplificando en ocasiones el estado de ánimo], sino que al advertirla en su conjunto y en la película, permite y aprueba sin rodeo alguno, un definitivo sarcasmo que accede al visitante de la sala de cine observar de forma categórica todo lo que aqueja a nuestra sociedad hoy y siempre.

Celiméndiz, M (2015). La sátira menipea en la Antología de la literatura fantástica de Borges, Bioy y Ocampo. Recuperado de: https://zaguan.unizar.es/record/47228?ln=es#

Gonzalo Restrepo Sánchez

www.elcinesinirmaslejos.com.co