El filme se basa en la
novela homónima de Ferdinand von Schirach sobre un juicio por un asesinato. El
libro que fue una sensación cuando se publicó en Alemania en 2011, muestra un interlocutor
asentado en el siniestro abuelo de von Schirach —el líder de las Juventudes
Hitlerianas durante la II Guerra Mundial—.
En
primera instancia parece correcto señalar que no es usual que los alemanes (a
diferencia de otros ciudadanos y cineastas europeos, por supuesto) remueven en
sus heridas sencillamente por vergüenza, pero alguna vez que otra lo intentan
como en esta ocasión. De manera que libro y película fascinante: un abogado como Leinen que no solo se ve forzado a defender a un hombre que abdica a defenderse —negándose además a revelar el porqué del crimen—, sino de la misma manera, debe zanjar un apremio de intereses personales y profesionales. No olvidemos que todo apunta a un turbador capítulo de la historia de la justicia alemana.
Franco
Nero interpreta a un hombre que —supuestamente— ejecuta un asesinato a sangre
fría y Elyas M'Barek quien caracteriza al abogado que se encarga de su caso,
son los dos pilares en los que se basa este drama judicial que mediante el uso
del flash back y sin añadir niveles meta reflexivos, no resulta una conclusión
fácil —y para nada ambigua— ante los ojos del espectador, pues las características en la
puesta en escena alejan esa representación, aunque en el último tercio del
filme, todo parece estar más claro. Además, relevante en su modo de forjar el
uso del tiempo como instrumento narrativo. Película recomendada del reciente cine alemán.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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