Con un ritmo acompasado, el cineasta Cédric Klapisch
aprovecha esta ocasión, para hablarnos de la familia y los esfuerzos familiares
para conseguir lo que muchas veces con la unión de los miembros que la conforman,
logran (a pesar de todo) los propósitos de la vida diaria.
Desde su primer éxito: “Como
en las mejores familias” (1996). El cineasta en “Nuestra vida en la Borgoña”, realiza un drama con trazados de comedia, logrando
transmitir con importante veracidad dos ideas esenciales de su relato ideológico en esta historia sobre tres
hermanos: el conflicto entre ellos y el influjo del paisaje y de la tierra en
las vidas de sus pobladores (intercalando flash backs entre la vida de los
hermanos).
Esto último de pronto
resta ritmo a la sucesión de imágenes, logrando quizá ante los ojos del espectador,
perder la empatía por alguno de estos personajes. De todas formas, la metáfora
de la evolución de Jean (eje esencial del filme), se equipara al proceso de
maduración que se produce a la par de las uvas que cosecha y el paso de las
estaciones (bellamente fotografiado).
Filme pues para ver
entre hermanos y que fluyan las reconciliaciones, que a la larga son bendiciones
para el alma cargada (a veces) de equívocos sentimientos.
Gonzalo Restrepo
Sánchez
Visite: www.elcinesinirmaslejos.com.co