Turbadora
esta trama (del cineasta Mohamed Diab) dentro de un único escenario (un furgón policial) que sólo estaría al alcance de un genio
de la imagen. Su idea no es tan original, pero de tanta claustrofobia de pronto
uno termina cansado o extenuado. Lo que conlleva a aceptar o rechazar esta propuesta, es que
los elementos de la empatía y los diálogos diastráticos de los turcos (muy
gritones además), nos puede hacer perder la paciencia.
Ya
la película nos remite en muchos aspectos al trabajo de Maoz, “Líbano”. En
ambos filmes la idea no se escapa de las opciones de la vida que uno tiene
cuando de vivir en medio de conflictos se trata. De todas formas son las
cinematografías recientes, cuyos cineastas tratan de exorcizar sus propios
demonios.
Película
de la Seminci 2016 que de pronto pasó
desapercibida por un sector del público, pero que deja una lección sobre
aquellos países donde la libertad, aun es tema de debate. de pronto este es el palo del festival.
Gonzalo
Restrepo Sánchez
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