Más allá del
intercambio de dos niños al nacer, esta es una buena película ("De tal padre, tal hijo" en el mundo hispano) cargada de convencionalismos
y muy íntima para recapacitar sobre qué significa realmente ser un padre. Y si
bien el cine nos da muchas preguntas, no es lo mismo respecto a las respuestas.
Aunque usted vaya al cine, al final siempre una pregunta para el debate.
De manera que esta es
una película sencilla del japonés Koreeda, para comentarnos de forma sencilla
lo que un padre y una madre debe ser hoy día (donde internet, las malas
influencias están a la vuelta de la esquina). Sería bueno sentarse un momento a
reflexionar al lado de los hijos sobre lo que uno y otro espera a la larga en
ese contacto cotidiano.
De pronto la reiteración
de las mismas escenas (no la puesta en
escena), puede fastidiar un poco al espectador, pero es que en la vida misma, ¿cuántas
veces no repetimos la misma situación con nuestros hijos? ¡Ahí está el detalle!
Como diría Cantinflas. De todas formas filme altamente recomendado, pues es la
oportunidad de ir al cine precisamente con los hijos, a la salida: una
invitación de papá a cenar.
Gonzalo Restrepo
Sánchez
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