Camiel Borgman es un
misterioso hombre que aparece de la nada, y va a parar a una casa, habitada por
una familia. De esta forma, este misterioso personaje, en apariencia un
outsider, con sutil firmeza decide una serie de comportamientos que suscitan la
gran idea del filme, bien dirigido con ribetes de thriller inteligente.
No tardará mucho el
relato para ponernos alerta ya que toma un giro decisivo para lo tétrico y
nunca mirar hacia atrás. Todo el suspenso lleva el manejo de unos personajes
donde Borgman entabla un juego sutil con Marina en contra de su marido cada vez
más perturbado. Así todo nos conduce a un final, que puede ser un poco
cuestionado, pero en el fondo y podría ser la casuística de todo esto: “el
mundo visible es solo un pretexto”.
Gonzalo Restrepo Sánchez