viernes, 28 de febrero de 2014

NEBRASKA


Para un hombre caduco, viejo y obsoleto  como Woody, el filme con su rodaje en blanco y negro, da la sensación más exacta de un ser en los últimos años de su vida, para evocar que siempre se tienen terquedades y sueños, aunque no sean precisamente alcanzables.

En este contexto, la cinta bien narrada y relatada, también es la opción de padre e hijo, para afrontar las ideas de diferencia y las de reconciliación, en este sentido está el verdadero mensaje de un film que no dejo de recomendar por su sentido infinito de ternura y hasta de terquedad por los asunto menos importantes en la vida.

Y es que a veces cuesta ceder, sobre todo cuando quedan en el tintero cosas por aclarar entre las familias. Historia pues cargada de un itinerario de amor filial y paternal, aunque a veces (digo a veces) “cuesta decir las cosas que son a veces enteramente ciertas”.

Película pues ácida, si se quiere ver así, que afronta con inteligente humor en un tema como es el paso del tiempo y nos aproxima a esa vejez con los estragos propios de perder la imperturbabilidad y sobre todo sin apariencias. Pero la antítesis entre dos hombres muy simples y sin ninguna maldad de padre e hijo, resalta la verdadera parte de las emociones entre los personajes. Aclarando: Bruce Dern ha abordado una interpretación magistral como Woody, un lacónico y alcohólico padre.

Gonzalo Restrepo Sánchez

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