domingo, 22 de diciembre de 2013

THE LOST WEEKEND (RECOMENDADA)



Cuando vi por primera vez “Días de vino y rosas”, de Blake Edwards  pensé que era el mejor drama en la historia del cine sobre los catastróficos efectos del alcohol, pero, tras visionar “Días sin huella” creo que nos deja más perplejo sobre la dependencia del alcohol.

El asunto va de un escritor fracasado, un vividor, un tipo  seductor y culto, cuyo único martirio procede de no tener a su lado una botella llena de whisky y henchida de los efluvios cuando no se está dentro de uno (o a lo mejor sí, en el sentido de encontrarse en su “estado natural”: locuaz hasta el tuétano. Algo que le suele pasar a más de un mortal en el planeta.

De manera que Billy Wilder, sin subterfugio argumental cualquiera, nos describe un proceso de autodestrucción feroz. Un pleito que llevará a Don (un soberbio Ray Milland, por cierto; aunque, debo reconocer que no fue un actor de mis afectos) al delirium tremens. Y es que con la sola idea de escabullirse del pabellón de alcohólicos y llegar a casas de empeños para conseguir unos dólares y fundírselos bebiendo, implorando en algunos instantes de su vida en ruinas una copa más al barman del bar de cualquier esquina, nos demuestra lo que Fromm alguna vez sentencio; ¡Nada de lo humano me es ajeno!

Gonzalo Restrepo Sánchez

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