viernes, 22 de noviembre de 2013

GINGER AND ROSE



Si vemos la primera imagen de la cinta, quizás no comprendamos de qué va el asunto, pero bien pronto, Elle Fanning como Ginger y Alice Englert como Rosa, conducen a la película  de principio a fin en la vida de la adolescencia de estas dos chicas, en una historia cargada sobre lo inseparable de las emanaciones de las conductas libre de ataduras.

A partir de una cuidada fotografía, la historia que arranca en 1945, permite desde 1962, un vínculo desde el nacimiento de dos atrayentes, perversas, deleznables y remordidas chicas que buscan en sus experiencias como adolescentes, auscultar en el sentido de reconocer, lo que de pronto no estaba tan temprano en sus vidas: el sexo, el primer cigarro, y un buen provecho de lo novedosa en apariencia de la vida.

Y es que en la evocación en la tina con las dos chicas acerca de la escritora Simone de Beauvoir  sobre el existencialismo, devela la fábula en una historia sobre contextos (escuchamos en la cinta: “prefería que no se acabara el mundo si encuentro un amor que nunca se acabe”) y pasiones convertidas en poesía, entre escenas largas y confrontantes: A lo mejor una road movie interior.

Gonzalo Restrepo Sánchez

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