domingo, 29 de septiembre de 2013

DISTRITO 9


Antes de evaluar el reciente film del cineasta Neill Blomkamp en “Distrito 9” contado en su primer tercio como una crónica de televisión, resulta a la postre entre muchas otras cosas, una alegoría racial fácil de identificar. Además, encontramos en clave de ficción lo que a la larga sucede en el mundo de las grandes organizaciones, y lo mucho que desconocemos al respecto. Ese objeto del deseo es en el filme el buen hombre Wikus, que con un ADN mezcla entre el de los aliens y el humano, nace toda una persecución sobre él, en una clara metáfora sobre las experiencias genéticas y la carrera armamentista.

Todos vivimos con reglas en este mundo y Wikus van der Merwe (Sharlto Copley), sin poder ver a su esposa Tania, lo sabe. Y es entonces cuando él —como el deseo extremo del ser humano y el de alienígenas si existiesen en nuestra planeta hoy día—, decide buscar una solución a todo y que no es otra cosa que romper con aquellos intereses que nos quieren imponen los sistemas y ciertas organizaciones mundiales —a la organización MNU sólo le interesa las formidables ganancias que les podría reportar su impresionante armamento—.


Gonzalo Restrepo Sánchez

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