Si
bien el cineasta danésThomas Vinterberg detalla brillantemente la persecución (de
pronto ahí el título del film) que sufre un hombre por la sociedad danesa, y, que ha sido acusado del más
asqueroso de los delitos como el acoso infantil, y ser víctima de una calumnia,
la historia (su guión) si bien está magistral en sus dos primeros tercios, en
el último, las cosas no se resuelven de la forma que dictan los cánones
respecto a cómo se resolverá un asunto bien complicado.
Al
final una solución fácil, que el espectador conoce desde el principio. De todas
formas lo más importante a mi juicio, es la naturalidad que transfiere el actor
Mads Mikkelsen, que contagia al espectador de la pesadumbre ante la injusticia que siente el
protagonista. De todas formas, parece al final (y soy reiterativo) una tomadura
de pelo y nada más, si tenemos en cuenta que todo parte de la inocente boca de
una adorable niña, para establecer una acusación terrible contra un adulto.
Gonzalo
Restrepo Sánchez
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