domingo, 13 de enero de 2013

LOS MISERABLES


Quince años después del comienzo de la Revolución francesa, el film (y la historia por supuesto) arranca con la idea de ausencia de libertad de Jean Valjean (Hugh Jackman). En el film de Tom Hooper, las primeras imágenes son las de un astillero naval y unos presos cantando acerca del "ser esclavo" y un impávido Javert (Russell Crowel) observado y fustigando con su carácter miserable.

Y es que esta película musical con un reparto indiscutible, rodada en un gran porcentaje con cámara en mano y algunas escenas planos secuencias magistrales (como aquella que finaliza con una hoja y que sirve de transición para pasar 18 años después a París), la visualización solemne de "I dreamed a dream" (Anne hatahaway, fuera de serie) y, escenas dolorosas, es quizá una de las más ambiciosas, magistrales y bellas películas sobre la obra de Victor Hugo.

Para todos los calificativos y ditirambos de esta puesta en escena, una vez más deja la sensación (y es válido pensarlo así), que la vida está llena de Cosette, Fantine ("hay tormentas que no podemos aguantar", dice el personaje), Javert y Valjean. Lo importante es estar del lado bueno de la vida y saber como bien dice el escritor autor de la obra, que los mejores años son los que están por venir. Así que estamos ante una obra estimable que merece quizá más explicación sobre escenas  cargadas de Pathos, pero es que de pronto la vida es así: cargada de reconcomios.

Gonzalo Restrepo Sánchez
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