sábado, 12 de enero de 2013

ANNA KARENINA


Esta novela que está dividida en dos partes (la Anna descontenta con su vida y la Anna ¿enamorada? y, menos importante en el film, la parte de Lyovin), es un relato audiovisual plúmbeo para esta nueva versión de la obra de Tolstoy, que suscita muchas reflexiones una vez observado sus más de dos horas de metraje. En primer lugar diría que es una propuesta para una semiología del teatro filmado, ya que la historia avanza en espacio y tiempo en medio de elementos y transiciones muy del teatro, aunque los personajes están más dispuestos para el cine, en lo que a actuación se refiere.

De todas formas, la archiconocida obra no creo que supere a algunos films precesesores. Kiara Knightley (La Anna del siglo XXI) logra con esfuerzo convencernos de la personalidad de la mujer de marras. De todas formas, el desmedido uso de metáforas, el ritmo e intriga se pierden durante mucha parte de su diégesis, debido quizá a las transiciones y enlaces que obedecen a un fondo que cambia como en el teatro aun en su realismo ruso; nos permite concluir que estamos ante un film arriesgado y que otros analizarán mejor como teatro y cine pudieran ser más "intimos".

Gonzalo Restrepo Sánchez
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