Cine dentro del cine que plantea como siempre en estos casos, lo que ocurre detrás de cámara en la filmación de una película. Pero también Iciar Bollaín aprovecha la oportunidad para mostrar luna población boliviana y su cuitas. Visto así el asunto, el film casi que de forma paralela, muestra la conquista de los aborígenes bolivianos por conseguir lo más elemental.Cabe precisar que sin tono de denuncia, pues fue un hechor real ocurrido en el 2000. Sin ambigüedad y retórica sobre los dos temas: los aborígenes en Bolivia y la “conquista” española, el film luce fluido, con una cámara inquietante que señala rostros, preocupaciones e intereses personales. Además el guionista Paul Laverty logra un guión bien sólido, lo que permite documentarse respecto a lo que por allí ocurrió, aunque confidencialmente resulten paralelas algunas situaciones, tanto del presente como del pasado.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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