jueves, 17 de mayo de 2012

MY OWN LOVE SONG

La parte final de esta cinta independiente donde una cantante paralítica, condenada a vivir en una silla de ruedas (Zellweger) y su amigo (Whitaker) se toman de la mano para seguir el camino adelante, nos marca la sabiduría de tener siempre la intención de continuar. Que no nos debe inmovilizar a pesar de las adversidades, las ideas y los caminos a seguir. Por lo demás, con un ritmo a veces falto de temperamento, y la música de Bob Dylan, todo nos resulta agradable, pues la intención es la de dar un aliento a transitar por este difícil mundo que es nuestra vida, y, para poder escribir la mejor banda sonora que forme parte de nuestro ser. Historia pues que aunque no va directo al asunto, al final todos comprendimos en mensaje.