lunes, 16 de enero de 2012

THE IRON LADY

Sinceramente hay que reconocer que este es una película soberbia para poder admirar a Meryl Streep en la insuperable interpretación de Margaret Tatcher. La cineasta Phyllida Lloyd en su film si bien a modo de retrospección de la acción, nos muestra una vida, poco privada y más sobre la vida política de la conservadora Primera Ministra británica, cabe preguntarse (y es que la película salta del presente al pasado de la “dama de hierro”), si realmente es un autorretrato de sus momentos más inspiradores respecto a sus logros personales y convicciones, o un análisis confidencial de ella sobre sus actuaciones en la vida política británica.



De hecho, esta segmentación planteada a modo de pequeños eventos políticos como el asunto de las islas Malvinas, al final del metraje, y con una carga emocional potente y bien construida, el film cumple la función de ilustrar la vida de la primera Ministra y sus leyes de hierro para su país. ¿Y para ella? Esta pregunta me recuerda al director francés Robert Bresson y que un día sentenció: «forjarse leyes de hierro para uno mismo, aunque sólo sea para obedecerlas o para desobedecerlas con dificultad».

Por lo demás y en lo estrictamente cinematográfico, el film luce sobrio en su puesta en escena y de pronto repetitiva, aunque siempre dejará en la mente del espectador, la idea de una mujer interesante y hábil en sus razonamientos (aquel en el que Margaret Tatcher habla de “pensar y sentir”).

Gonzalo Restrepo Sánchez
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