Esta película nominada a la mejor en la ceremonia del “Globo
de Oro” este 2019, en cierto modo me evoca al ya lejano filme “Paseando a la
señora Daisy”, aunque en esta ocasión el chofer es blanco. Si esto es posible,
entonces podemos diseñar varios aspectos que se pueden observar sin rigor alguno.
Este filme dirigido por Peter Farrelly (“Algo pasa con Mary”), representa un viaje
de felicidad a través de una exacerbación claramente estadounidense.
Por un lado el filme “habla” sobre la amistad sin
fronteras, y esto sí que es bien importante hoy día, aunque la historia se sitúa
en los años sesentas. Película pues con drama y comedia (música) que está
destinada a ser un crowd pleasers (un tipo de película que procura deleitar a
todo el mundo, pero elaborada con un presupuesto moderado). Visto de otro modo,
sería ver temas y asuntos rigurosos (como la vida misma), pero su tratamiento
cinematográfico siempre será amable.
“Green Book” (un par de vocablos que hacen referencia
a las guías de viaje que enseñaba a los ciudadanos norteamericanos negros en
qué hospedajes de los Estados unidos del sur podían pasar la noche) es una atractiva
película con buenas emociones. A través de un sencillo guion (con buenos diálogos
además), el filme se mantiene en una disposición autoral que adquiere su propio
estatus y original, gracias a una relación emocional entre dos seres humanos y (reitero) en clave de comedia entender que
vivir es sencillo. Saber vivir es muy difícil.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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