jueves, 19 de enero de 2017

Frantz


Si en mejores momentos del drama cinematográfico son aquellos en los que no hay nada que decir (en el cine abundan los ejemplos, aunque de pronto más en los filmes de los años treintas), qué duda cabe que en esta extraordinaria película de  “Frantz”, François Ozon se inspira en ello y con una elegante escritura visual, adapta una obra de Maurice Rostand, a la vez que regresa a la cinta de Lubitsch “Remordimiento”.


Y es que la historia en este caso específico, nos “habla” con acento y estilo cinematográfico (rodada en blanco y negro) del sentimiento de culpa de un soldado francés que mató en la trinchera a un ser que consideraba en su interior —por ventura— mucho más allá de lo insospechable.

De manera que esta historia, luce algo (o muy) íntima si tenemos en cuenta que los personajes ejes de la historia: la novia del difunto, Anna —que la radiante Paula Beer interpreta en delicados sentimientos—, Adrien (Pierre Niney) y Frantz (Anton von Lucke) añaden “dejar ver sus pecados”, con algo de enigma, delicadeza y desgarro (que no descaro).

Gonzalo Restrepo Sánchez
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