lunes, 31 de enero de 2011

"El discurso del Rey"

Después de los Globo de oro y los premios del sindicato de actores de Hollywood, una clara favorita a más premios en los Oscars, en mi humilde concepto, puede ser El discurso del Rey. Este film no nos propone una fábula con múltiples significaciones, sino más bien una historia lineal y simple, donde el rey Jorge VI (Colin Firth) del Reino Unido y tras la abdicación de su hermano Eduardo VIII; se vio obligado a reinar con una tartamudez en su ser, para lo cual buscó la ayuda del terapeuta Lionel Logue (Geoffrey Rush).

Pero la historia de la humanidad sobre la tartamudez —y con mirada amable—, nos dice que esto no fue nunca un impedimento para que algunas personas pudieran lograr sus propósitos. Desde Aristóteles, pasando por Napoleón I, hasta llegar a Marilyn Monroy, es ejemplo de ello.

Desde el punto de vista de los recónditos dominios del corazón, El discurso del rey, me remite al libro Anécdotas del destino (1958, de Isak Dinesen), que para el cine se filmó como El Festín de Babette —film de múltiples lecturas, donde la idea concluyente, es la de aceptar la inmunidad a cualquier adversidad, y, consentir a cualquier persona contra cualquier “tartamudez” —metafóricamente hablando, por supuesto—.