"El gran concierto"

Los personajes (sobre todo Andrei Filipov, quien era el mejor director de orquesta de la Unión Soviética y dirigía la célebre Orquesta del Bolshoi), las situaciones, la ubicación temporal de la película (la época de Bresnev) y la música, se logran identificar en ese estrecho margen, donde en cada nota musical hay vida.

Al acomodar las piezas tanto del texto visual como sonoro, el director Radu Mihaileanu en una mezcla de comedia y drama, la película “El concierto” (“Le Concert”) es, ante todo, un film agradable. Llevando al límite la historia, nos muestra a ese cine de la Europa del Este.

El veterano Radu Mihaileanu, hace bien su trabajo. La música de Tchaikovski ejerce un importante lugar haciendo no sólo potenciar el clímax, sino las emociones que emanan de ella y todo, por lo escuchamos en la cinta al comienzo cuando Filipov le dice a su amigo Sasha: “Llevamos 30 años sin tocar. Somos unos infelices”. Pero también, algo tan importante como la música en el alma de Filipov (su hija).

Gonzalo Restrepo Sánchez
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