Haciendo un poco de historia, desde que Sam Raimi
filmase entre 2002 y 2007 la trilogía sobre el Hombre Araña, el personaje ha
acreditado a: “The Amazing Spider-Man” y “The Amazing Spider-Man 2: El poder de
Electro”, en 2012 y 2014, con un Andrew Garfield encarnando al arácnido, y
“Spider-Man: Homecoming” (2017), con Tom Holland en la piel del superhombre.
Con los rasgos de Holland, el personaje ha aparecido en “Capitán América: Civil
War”, “Vengadores: Infinity War” y “Vengadores: Endgame” amén de la cinta
animada que supuso el año pasado "Spider-Man: Un nuevo universo".
Pues bien, después de esta referencia fílmica, esta
nueva propuesta filmada en locaciones importantes de Europa, nos confirma su éxito
y resta añadir que Spiderman —que interpreta Tom Holland— subraya su posición
de adolescente y abandona toda circunspección o solemnidad. Con é ítem que de
nada el valió sus vacaciones, pues tuvo que hacer frente al enemigo de turno.
La historia si bien entretiene, su guion tiene
altibajos en su ritmo y dramaturgia, aunque por supuesto, los dos tercios
finales abarcan toda una serie de secuencias de acción que invita a los jóvenes
a aplaudir. Cargada de los clichés de siempre y alguna que otra evocación al
filme que le precede (“Vengadores: Endgame”), la cinta desarrolla una
verosimilitud digna todo un buckbuster.
Esta película argentina dirigida por Pablo Solarz es
un drama que evoca el holocausto y la vejez. Para ello cuenta con la participación
de la española Ángela Molina y del gran actor argentino Miguel Ángel Solá quien
encarna a un sastre argentino de 88 años de edad llamado Abraham.
Por lo demás una historia sobre el reencuentro, la
amistad y la vejez. Tres ideas que en el filme muy bien se articulan en su
relato (un tanto sobrio), pero que sin lugar a duda teje una serie de emociones
en un viaje a algún lugar del alma.
Así que este sastre quiere cumplir su última promesa
quizás y la historia sin sobresaltos y sin salir de obviedad en algunas
retrospecciones de la acción, resulta en algunos pasajes entretenida y cargada
de humor fino (en la estación Gare de l'Est de París, afronta una disyuntiva: “¿Cómo
puede llegar a Polonia sin poner un pie en Alemania?” Como le dice a Ingrid
(Julia Beerhold).
Historia pues agradable que se deja ver, y una vez más
un cine argentino cargado de buenos propósitos.
Película escrita y dirigida por Nadine Labaki. Una
talentosa cineasta que utiliza la imagen, sabiendo que su poderío está en la
sensibilidad, y con el plus de la virtud narrativa que se mantiene sobre la
admirable interpretación del novísimo Zain Al Rafeea.
Ambientada en los más tórridos lugares de pobreza por
no señalar categóricamente el lumpen en los extrarradios de Beirut y al más
abyecto de los abyectos en este injusto mundo en el que vivimos, la película
entre el melodrama y el documental nos muestra a un niño de doce años que
denuncia a sus propios padres por haberle traído al mundo para nada. Ni
siquiera el de suministrarle lo esencial para llevar una vida como Dios manda.
Con base en lo anterior, esta historia no le dejará en
paz su alma hasta exorcizar todo aquello que nunca aceptamos, pero que está
ahí: miseria y pobreza, por citar dos términos bien audibles quizá, pero lo que
puede llegar a atormentar es que los criminales más tesos de este mundo no sea
necesariamente la sociedad o el hombre, sino los mismos padres en condición de
pobreza extrema.
Y es que la pobreza esclava de tanto infortunio, es lo
más maldito que hay sobre la faz de la tierra. De todas formas la película es
una cinta sobre lo abyecto y aunque se desdobla a ritmo pausado, queriendo
buscar un tono introspectivo y apoyándose en diálogos cargados de veracidad y
cierta opresión, todo sale del tópico cuando el niño Zain muestra la realidad
verdadera sobre la miseria, exclusión y marginalidad.
Gamines de la calle hasta tal punto que ya no sabemos
si su turbación está justificada o se trata de un fulgor de espanto que resulta
ser un camino sin salida cuya luz eternamente parpadea y que terminará fallando
en el momento más inadecuado. O, ¿ese faro que no hay manera de que funcione
decentemente justo cuando más la necesitamos? ¡No lo sé! Por lo pronto una
película para meditar.
Una vez que el personaje Aladino se introduce en la
mente del espectador (niño, joven o adulto), ya no habrá vuelta atrás, si se
tiene en cuenta además que, su gran aliado (el genio y los tres deseos que le
pueda dar), le dé una respuesta aceptable, sin que con ello traicione todos y
cada uno de los principios de un buen ser humano como Aladino, enamorado además
de una bella princesa.
Así que este musical cargado de todos clichés del cine
comercial americano,por momentos luce
aburrido y, en otros, saca la carcajada de los más chicos en la sala de cine.Para el guionista
y cineasta Guy Ritchie la lealtad a aquellos personajes que nos caen bien y que
nos hacen felices, de pronto nos apoyan la decisión de no levantarnos de la butaca.Claro
que al espectador a
través del clásico narrador (tercera persona) no indaga en lo más
profundo de la moral de sus personajes.
Película pues que cumple apenas las expectativas y que
a mi juicio, no supera su predecesora. Aunque hay que reconocer que la parte
musical en lo estrictamente cinematográfico, merece toda la atención y aplauso.
Basada en hechos reales, este filme cumple todos los
requisitos para tener una larga vida en las salas de cine, si bien el guion
está estructurado al mejor estilo de Hollywood. Es una historia que atrapa y
que discurre entre la verdad y todo el avance narrativo del filme, al tiempo
que se explora la idea del fanatismo religioso y lo que esto puede conllevar en
detrimento de la misma humanidad.
Su cineasta Anthony Maras incluso parece querer evidenciar
que la producción de esta película es tomada como una vía de expiación con la
que transmitir sus inquietudes y sus turbaciones a un espectador que sentirá
cómo de un momento a otro todo puede acabar por actos terroristas sin razón
alguna.
Historia pues recomendada y queen esta ocasión
el cineasta apela a una concreción narrativa mucho más definida y alejada de la
abstracción que pudiera tener en un momento dado. Si bien es cierto que Maras
mantiene su apuesta estética con escenas deliberas para representar no sólo la
acción y la reacción, sino también el peso emocional en algunos personajes que
habitan el hotel; tiene su mayor logro en la sincera secuencialidad (cronológica)
de la acción, que seguirá la historia real.
De entrada podríamos plantear que “Vengadores:
Endgame” es el mejor filme de la saga. Aunque se señale con acierto que cumple
todos los clichés de ese cine blockbuster y que hace que seguidores (o no) de
la saga, disfruten al máximo la cinta de tres horas de duración, que entre
otras cosas, no se sienten para nada.
Quedémonos con esto último. El tiempo es el auténtico
protagonista de una película que reclama muchas cosas.Cuando “X-Men: Días del futuro pasado” y para
el resultado de la paradoja espacio-temporal, Singer sabe perfectamente cómo
conservar la tensión —y el equilibrio— entre las temporalidades del relatoy el apocalíptico mundo futuro; lo asume
además con bastantes guiños y referencias a momentos de las cintas anteriores.
Pero en la composición de Endgame (2019), hay tanto humor como en toda la
franquicia.
Entonces a la hora de evaluar la película —con una
cantidad de cameos de figuras del cine reconocibles— dirigida por Anthony Russo
yJoe Russo, lo primero que se me ocurre
explicar es que es un filme de ida y vuelta entre la distopía (cuando Stanley
Kubrick estrenó en 1968 “2001: Odisea del espacio” todavía podía advertirse una
confianza teleológico respecto del futuro e igual con el presente, si nos
atenemos a héroes y villanos) y la ucronía.
A mi juicio, la ucronía (historia contrafactual y
recuerden los lectores mayores aquella serie de tv. “El túnel del tiempo”),
porque, esto es lo que deja de enseñanza este espléndido texto audiovisual;
tomando como punto de partida la definición de la RAE de «ucronía»:
«reconstrucción lógica, aplicada a la historia, dando por supuestos
acontecimientos no sucedidos, pero que habrían podido suceder»).
Y es que lo que pasa es que, nuestros héroes pueden ir
y venir cuando se les dé la gana (y con elementos familiares que atañen a Iron
Man, Ojo de halcón, Thor, War Machine, Black Widow, Valquiria, Hulk, etc.)
enun mundo diferente al nuestro, si
bien verosímil.Si bien contrafactual es
toda situación que no ha sucedido en un universo actualmente observable por la
investigación humana, pero que podría haber ocurrido; hay que agregar que el
narrador —en este caso los cineastas—, revisan lo establecido mediante hechos
aceptados o nuevos (en la película, las acciones de Thanos, el Titán Loco).
De todas formas, la película es un drama intimista
sobre la pérdida, una comedia emocionante, una fábula de hurtos pulcros y una
meditación válida: la metáfora de las “gemas” para entender qué hay que perder
y, recobrar las oportunidades en la vida, pero ¿cuál sería la diferencia en el
tema que tratamos entre lo verosímil y lo meritorio?: el aplauso. Pues lo
plausible requerirá de los demás (una comunidad que confirme aquello), ya que
el aplauso es: «razonable, aceptable y recomendable». Y es que todo el mundo en
la sala de cine y en el casi final del último tercio del filme, observé como
aplaudían. Gonzalo Restrepo Sánchez Visite:www.elcinesinirmaslejos.com.co