Mariana (Estefanía Piñeres) y Gabriel (Emmanuel
Restrepo) es la joven pareja sobre quienes se apoya este drama colombiano de la
cineasta Natalia Santa, donde parece que todas las intenciones personales de
amor hacia los demás (y hacia uno mismo), plantean una eventualidad no de
reconciliación, pues la pareja se ama, pero sí de reflexión catártica y de
enfrentamiento con las derivaciones de la propia vida, interioridades y
desatenciones, dejando una conformidad aparente para una depuración de la conciencia
individual, y todo se revela cuando ella habla a su pareja de ir (o huir) hacia
Malta (la isla. Por supuesto), más en un sentido figurado de un viaje a ninguna
parte y caminado de noche por fría acera de la ciudad.
“Malta” es de esas películas para “Un certain regard”
en Cannes, donde cabe este tipo de historia. Pero, una reflexión que deja este
nuevo tipo de cine colombiano (aunque reconozco la imprudencia de señalarlo
así), es plantear una formulación en torno a la mirada femenina en el cine. Se
podría escribir que el cine colombiano ya —a paso lento— va revelando este
camino para nada frívolo. Sobre la terminología “cine de mujer”, deliberando
“¿cuál es la relación entre las intervenciones culturales realizadas por mujeres
y las intervenciones culturales feministas? Planteado así el asunto, es fácil ver
que las dos cosas no son necesariamente una y la misma. Los cuadros, las novelas
o las películas hechas por las mujeres pueden o no ser feministas, y es posible
afirmar, aunque algunas feministas discreparán, que los hombres pueden producir
obras de carácter feminista” (Kuhn, 1991, p.22).
La cinta colombiana, si bien, no se sustenta en las
sólidas interpretaciones de Piñeres y Restrepo. Sería pertinente señalar que la
cineasta se esfuerza por ocultar o evidenciar un marcado carácter alineado a la
ideología del filme y sobre todo de Mariana (“el viaje a ninguna parte”, pero
que es ese lugar que se necesita ir”), debido a la cadencia y el tempo en el
que se desdoblan los pedazos de diálogo de su guion. Por momentos creería que
todo cuanto se dice parece estar departiendo directamente a la audiencia.
“Malta” sin substraer de entidad humana a su elenco
protagonista, convierte unas funciones narrativas que tratan de ejemplificar y en
fragmentos comprensibles, que todas las relaciones son complejas a pesar de que
parezcan apacibles desde fuera.
Para concluir creería que el cine colombiano entra en
esa esfera del cine independiente, cine de autor (no obstante, el cine de autor
existió desde casi el comienzo del cine). Según el gran crítico francés André Bazin (fundó la
revista de crítica de cine “Cahiers du Cinema” en 1951 en Paris) y Francois Truffaut
entre otros, un autor es aquel director que consigue a través de una marca
estilística única: la manera en que usa el lenguaje fílmico, y formula su
visión del mundo, su pensamiento, y sus obsesiones. ¡Natalia Santa se salió con
la suya!
Referencia
Kuhn, A. (1991). Cine de mujeres: Feminismo y Cine. Ediciones Cátedra.