Este thriller es una adaptación de la novela homónima
(2020) de Rumaan Alam, por el inteligente Esmail, que inicialmente trabajó con Julia
Roberts en la serie de televisión “Homecoming” y “Gaslit”. “Leave the World
Behind”, pues, es el tipo de película en la que continúas cavilando en lo que tu
harías sobre las circunstancias que se le presentan a los personajes
principales, mientras la vida —tal como la conocen— parece derrumbarse de forma
inquebrantable.
Por capricho, y hablando un poco de la historia del
filme, Amanda planea una salida de descanso con su marido Clay (Ethan Hawke),
su hija adolescente Rose (Farrah Mackenzie) y su reservado hijo Archie (Charlie
Evans). El lugar escogido es digno de admirar por su confort y su paisaje, no
obstante, Rose prefiere observar la serie de televisión “Friends” en su
tableta. La idea es que todos se desconecten un poco de la cotidianidad dela
que venían.
Al margen de estas primeras consideraciones, qué duda
cabe que de pronto sentimos que estamos frente a una película del cineasta
indio M. Night Shyamalan. Y lo afirmo en este thriller intrigante, que no dejas
pensar en otra cosa, sino en la qué sucederá a los protagonistas ante una serie
de sucesos poco explicables que se van sucediendo. Buen filme que nos conduce a
establecer mentalmente qué es lo que puede estar sucediendo cuando todos nos
enteramos que ha habido un ciber ataque al mundo.
En este ir y venir de sucesos que nos ponen en alarma,
la película nos mantiene muy interesados en qué es lo que realmente sucede. De
pronto, el final de la película nos deja la sensación que todo fue una tomadura
de pelo (no cometeré spoilers). Creo que el filme en su base de la escritura
del guion, deja bien claro cómo deben ser finales, independientemente de
cualquier designio. Lo que el público concluye es que, si al final, no queda emocionalmente
ubicado en la historia, pues saldrá de la sala de cine hablando pestes del
filme.
Por otro lado, si alguna reflexión nos queda, son las advertencias perspicaces y precisas sobre teorías de complot que podrían no ser teorías ligeras y no tantas. Nuestra obediencia casi total de la tecnología y la circunstancia de que ahora tenemos una generación entera de jóvenes que realmente no les preocupa nada, es para reflexionar.
Fotogramas: Jojo Whilden/NETFLIX