sábado, 2 de diciembre de 2023

Anatomie d'une chute

 

La película “Anatomía de una caída” de la cineasta francesa Justine Triet tiene la particularidad que disecciona una relación matrimonial a través del juicio a Sandra (Sandra Huller) esposa de Samuel (Samuel Theis) —después de una caída mortal—, y que en un comienzo de la historia, la duda que queda es si, se suicidó o fue asesinado. 

En este contexto se desarrolla la película que ganó Cannes este año, donde el rompecabezas de ese posible asesinato está entre el hijo de la pareja o un perro. De manera que este thriller judicial tiene elementos a favor [no sé si para ganar Cannes], pero al menos deja entrever un guion meticuloso, donde el diálogo en el juicio acredita los mejores momentos.

Diálogos totalmente creíbles y desesperadamente humanos. Y a medida que el filme continúa, la disposición del diálogo en el juicio, amerita su atención. Además, cada plática ulterior sigue siendo un interrogatorio, y cada palabra un instrumento más de algunos interlocutores que, no necesariamente son consecuentes del poder que ejercen, si bien, algo perversos.

Con base en lo anterior, la evocación de la película “12 hombres en pugna” (1957) de Sidney Lumet y más precisamente sobre diálogos en un juicio, donde compartimos la turbación a medida que algunos “jueces” continúan impugnando o añadiendo irresolución a aseveraciones de culpa y quedan encantados; en “Anatomía de una caída” magistrados proyectan dudas en ciertos ordenamientos psicológicos y jurídicos.

Además, de ese enigma de por qué y quién en este argumento son las evidencias de hasta cierto punto de las propias parejas en crisis; qué duda cabe que la aquiescencia de que los matrimonios y las relaciones en general, muchas veces logran ser incómodas. Relaciones muy bien descritas a través de los diálogos, en una película compleja, penetrante, y airosamente cimentada por la cineasta francesa Justine Triet.

Sin llegar al extremo de que el personaje de Sandra es una mujer fatal. Su frialdad es un elemento importante para cualquier tipo de elucubraciones. Y recordando por un momento a uno de los dramas judiciales más famosos de la historia del cine, “Anatomía de un asesinato” de Otto Preminger; en este tipo de juicios, siempre se sortea minuciosamente desenlaces —a lo mejor— duros y de cualquier naturaleza. Ahora, lo que único que tiene en común ambas películas es el valor de la honradez en la pesquisa de la verdad, en un juicio sobre un crimen pasional. “Anatomía de una caída” es pues una película donde el secreto indecible e insubordinado en el corazón de las relaciones profundas, son encaminadas a través de las palabras.