Ganadora del Gran
Premio Jurado de Sundance de EE. UU., a mejor película. “A Thousand And One” subraya
una historia poco convencional de madre e hijo, en busca un mejor porvenir y
redención. Inez (Teyana Taylor) es la fuerza de la naturaleza en esta pieza [ambientada
en la década de 1990]. Por otro lado Terry el hijo de Inéz, es el elemento
actancial que busca su identidad.
Y cómo todo se
desarrolla en la comunidad negra en los Estados Unidos, pues hay momentos de
ese mundo por momentos hostil y cargado de irresoluciones, sobre todo cuando
los interlocutores son pobres y tienen poca preparación. Este filme es
el primer largometraje del guionista y director AV Rockwell, en un relato nada
volátil de una relación madre-hijo. Al escribir nada etéreo, tomo como punto de
partida a
Inez y una cierta arrogancia juvenil de su hijo [adolescente] que despliega a
través de una serie de desafíos emocionales, su búsqueda de identidad, hasta
convertirse en el elemento importante de la cinta.
Este drama está
totalmente habitado por la desazón de la vida misma y las relaciones que allí
se entretejen, y dibujan con amor y compasión las fallas de los personajes
tanto por sus ilusiones, y esa cualidad humana a la larga en los corazones de
los personajes observados, caracteres realzados por la suave partitura de Gary
Gunn.
Pero también la
película es un relato sobre la maternidad. Y para internarse en ese viaje
interior, la causa de una ansiedad profundamente dolorosa, que
no es capaz o teme confesar a pesar de los esfuerzos por escuchar y admirar a
una mujer que lo da todo en la vida; pues todo no es más que el reflejo de la
relación materno filial forjada durante los años, en medio de una invariable
actitud de reconvención y a veces ferocidad como únicas herramientas de
comunicación.
A modo de conclusión,
un retrato de la vida. Esa vida cargada de mentiras y verdades. Unas duelen y
otras no. Y esta sensación de aceptación frente a la existencia,
de pertenencia de la vida misma, pronto va otorgándole a los modelos
actanciales un poquito más de firmeza para continuar la búsqueda de igualdades.
Y como dice Inez: “La vida sigue”. “A nadie le importa las mujeres negras”.
Película pues
interesante que deja más de un interrogante sobre algunos seres humanos a
quienes nos tropezamos en la vida. Y que estaba en el pergamino del destino,
muchas veces sin culpa de nadie.