There
Is No Evil, sin duda ofrece una representación clara y lúcida de la naturaleza
liberticida y criminal del poder, pero va más allá de la denuncia política y
moral. De hecho, es un apologista de la vida individual y la responsabilidad de
las personas, especialmente aquellas que se resisten, no obedecen las
disposiciones, obligaciones y amenazas impuestas por el régimen teocrático
autoritario y despótico, y deben pagar un precio muy alto para sobrevivir.
En
el centro de la película está la cuestión de la pena de muerte, en referencia a
lo que significa para los hombres iraníes llevar a cabo el servicio militar
obligatorio y verse obligados a cumplir condenas. Cabe recordar que Irán es uno
de los países en los que se impone con gran frecuencia la pena de muerte y
donde el número de ejecuciones, cien al año según datos oficiales,
presumiblemente mensaje, se encuentra entre los más altos del mundo. Ambientado
en cuatro lugares diferentes y construidos con un prólogo que introduce tres
historias unidas por referencias y cadenas sutiles.
Por
Giovanni Ottone
Crítico
de cine
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