sábado, 8 de febrero de 2020

Little Women (2020)






Con tan solo dos películas como directora: “Lady Bird” (2017) y esta sexta versión de “Mujercitas”, Greta Gerwig se ratifica como una de las cineastas más aptas y emotivas del reciente cine estadounidense. Con una mirada sensible en su puesta en escena, la han convertido en un referente clave del cine independiente y una voz válida para los retos y anhelos de la mujer contemporánea, sus propósitos y su identidad femenina —observada  también en la cinta.  



El filme basado en la obra de Louisa May Alcott, esta versión para el siglo XXI, habla a la larga de los lazos familiares a través de cuatro chicas hermanas con diferentes pareceres (“hay ciertas personas que son indomables”, escuchamos en el filme). Vigente película en torno a lo que el ser humano busca en su interior como verdad para sí misma.

Con base en lo anterior, la película de trama sencilla a la larga, representa el camino hacia la madurez de cuatro hermanas en el siglo XIX en  Massachusetts y empieza con Jo y sus deseos de escribir bien pronto. Aquí se gesta quizá la impronta de los primeros intentos por ser quien se quiere ser. El resto de las hermanas y sus respectivas vidas, es una mezcla algo volátil y de buen humor, franqueza y hasta celos en un hogar de mujeres muy bien puntualizada.

De manera que película y libro son un tesoro perpetuo de la literatura popular estadounidense y el cine, permitiendo a la nueva generación tener una clara percepción de ello. Se entiende que las niñas Marmee, la madre (Laura Dern) y su padre (Bob Odenkirk), modulan una reflexión sobre la creación y sus abnegaciones, sobre la madurez —con sus portazgos—, pero, fundamentalmente, deja sosegado que el amor —en todas sus manifestaciones— es un juego eterno.

Gonzalo Restrepo Sánchez
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