"Perdí mi cuerpo" (2019) Es ese largo camino para encontrarse
con uno mismo —donde no resulta nada fácil—. Visto el asunto así, es un filme
de animación bastante atractivo, donde mediante la narrativa paralela —una
acción en blanco y negro y la otra a color — y un pulso firme: si bien podríamos
debatir lo verosímil dentro de la verosímil (una mano cortada corriendo por las
calles nocturnas de París); obviamos que estamos ante un filme que resulta ser
un híbrido de drama, cómic y hasta fantástico con mucha imaginación.
El cine de animación tiene un interesante referente en
el francés Jérémy Clapin (“Buenas vibraciones”, “Hundred Waters: Innocent”,
etc.) y que podemos situar entre los primeros en este tipo de animación. Así
que que este primer largo que realiza el director de cine francés, entendemos que
a través de un anónimo joven llamado Naoufel —que iremos conociendo a
través de flash backs y hechos presentes—, nos sumergimos en las ideas más próximas sobre lo que
queremos y lo que realmente nos pone la vida.
Mejor filme pues de animación estrenado este año y que
como colofón final ante una bella puesta en escena, encuadres, música y diseño
de sonido, nos recuerda a mi juicio y con base en el personaje principal de la
historia, que los cambios de identidad como una constante a lo largo de la vida
—que menciona Marcela Lagarde—, nos evoca a Heráclito y su teoría del devenir. En
la vida no tenemos “la misma experiencia, ni vemos dos veces lo mismo, ya que
las cosas cambian en un constante acontecer”. En la película lo entenderá.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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