Excelente filme que suscita todos los mejores
comentarios. Es evidente que las nuevas tecnologías en el cine, hacen de este
tipo de cine algo verdaderamente magistral. Este híbrido de drama, aventura y
musical en comparación con el filme original, mantiene no solo los mismos niveles
de calidad y cinematografía, sino que lo supera.
Y asimismo porque una gran cantidad de talentos pactaron
prestar sus voces, incluyendo a Donald Glover como Simba, hijo pródigo; Beyoncé
como su futura reina, Nala; James Earl Jones retomó su roll como el rey
original Mufasa, con Chiwetel Ejiofor en vez de Jeremy Irons como su hermano
viril y perverso, Scar.
Volviendo a la trama, bien se asemeja la conducta de
ciertos animales observados —como las hienas—, al ser humano; por eso, tal vez
sea una historia igualmente para el adulto que advierte bien la condición de
ese ser humano, rodeado de mucha gente —algunos se comportan como el personaje
Scar del filme, quienes logran ambicionar sus metas sin mirar a los demás— y a
veces de malas intenciones.
Eso podría ser la ideología del filme, las malas
intenciones que no logran triunfar, pues el que mal actúa mal acaba. Sobre esta
idea y sentimiento, el cine siempre lo ha ilustrado más que bien. Y es que el
perverso león Scar del filme, evoca a nombres muy conocidos como la encarnación
del mal en Caín, Jack el destripador, Hitler; o en protagonistas literarios malvados
que se han inmortalizado como Ricardo III, de Shakespeare o el archiconocido perverso
—y galán— Dorian Gray, de Oscar Wilde.
Todos ellos encarnan la perversión y maldad. La noción
moral del mal solicita a la interpelación de por qué los seres humanos somos y
estamos dispuestos de ejecutar iniquidades, de convertirnos en la causa del amargura
de los otros o de nosotros mismos y, en corolario, formular de qué manera tiene
aún sentido para nosotros —cinéfilos o no— aquella afirmación que hiciera
Hobbes con respecto a que “el ser humano es lobo para el ser humano” y ensayar a
dilucidar la propensión o inclinación al mal de nosotros, los seres humanos.
Nicolás Maquiavelo era un convencido de que el ser
humano no es malo por naturaleza. En sus famosos “Discursos sobre la primera
década de Tito Livio” dice que el legislador debe tener en consideración que
los humanos son malos —injustos— solo cuando los prueba una tentadora ocasión y
en el caso del filme “El rey león” sin lugar a dudas Scar.
Película pues excelente en contenido y gramática
cinematográfica, acompañada de la música de Hans Zimmer. Y es que el cineasta Jon
Favreau confía considerablemente en el material que le provee sus personajes—todos
convincentes—. Según Deleuze, el primer plano (los de Zazu, Zimba y Scar para
el filme que nos ocupa) no es nada análogo a un acercamiento desde el plano
medio, sino un ejercicio de idealización; un aspaviento de exploración
puramente fenomenológica: aislar el sujeto-objeto de nuestra mirada para
extraer algo de su semblante que de otra forma resultaría inabordable.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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