Tras darse a conocer recientemente la lista de
películas nominadas en las diferentes categorías para los premios de la
Academia, en el apartado de mejor filme, “La favorita” es una de las fuertes
candidatas. Una historia quizá de tres lecturas que intentaremos abordar.
Desde el punto de vista político, a comienzos del
siglo XVIII, una mujer se hace con el control de Inglaterra, Escocia e Irlanda.
Ana de Estuardo, la primera de las reinas de Gran Bretaña, y que sus decisiones
en lo político estuvieron al vaivén de medidas que dividieron a sus más
cercanos colaboradores y especialmente con el asunto de Marlborough, según el
filme.
El otro aspecto se relaciona con dos mujeres absorbentes
y aspirantes a favoritas de Ana, a quienes amó y fueron sus asesoras y que,
resulta ser una metáfora sobre lo políticamente correcto en épocas donde las
estrategias tras conflictos legislativos resultaban o no. Algo favorable en la
época fue la posibilidad de unir Inglaterra con Escocia.
Con base en lo anterior, la película plantea así
mismo, una subversión (un viaje embriagador a la esencia y misterio de la
atracción) en el amor entre amantes aristócratas, que con picardía y
pasión burguesa, los protocolos quedan apeados. En este sentido, me quedo con una
lectura más allá de lo simplemente observado: lujo, seducción, erotismo y venganzas están a la orden
del día.
De todas formas, el filme y a lo largo de ocho
capítulos en los que está divido el metraje, presenta un retrato feminista de
una monarquía enferma como la reina Ana de Estuardo (donde la actriz Olivia
Colman brilla en su roll interpretativo).
La tercera lectura, bien podrá significar un valor de la manipulación. En este sentido
no hay que ir muy lejos y se puede observar en la cinta “Vice” también nominada
este año para los “Oscars”.
En ambos filmes traídos a colación hoy, transmiten
siempre una imagen sobre el hombre y sobre el mundo, donde la manipulación —en
la película a través de Lady Sarah
(Rachel Weisz) y Abigail (Emma Stone) — busca ejercer un dominio sobre el otro
y lo otro, para asignar algunas discreciones de acción (o de pensamiento), donde
los argumentos persuaden sin convencer (vea el filme), para lograr propósitos
particulares.
La característica dramaturgia del griego Lanthimos, el
director de la cinta, es cierta teatralidad en la reflexión (un acierto de la
cinta). Además, si el uso
adecuado de la lente es una herramienta dramática muy importante a favor del
cineasta, Lanthimos
utiliza recursos visuales como el gran angular (y el ojo de pez). Los
resultados son extraordinarios y en silencio. La música minimalista es otro
soporte importante en su manera de querer contactar con el espectador.
Película británica pues interesante y que ampliamente
recomendada, podría ser la ganadora en la noche los premios “Oscar” de la Academia
de Hollywood.
Gonzalo Restrepo Sánchez
Visite:www.elcinesinirmaslejos.com.co
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