Tomando como punto de partida universos distópicos —sociedades
ficticias muy presentes en la literatura y el cine (catalogadas como
ciencia-ficción), que muestran un futuro desalentador y apocalíptico—, el reciente
filme de Bullock es un melodrama que cumple las expectativas de suspenso y que
con una banda sonora ajustada al ritmo y tono, el espectador no sale defraudado,
como muchas otras críticas lo formulan.
Basada en el libro bestseller de Josh Malerman, en esta
oportunidad no vemos monstruos (aunque están ahí). Esto no es bueno ni es malo, es aspecto de la
trama, donde la directora Susanne Bier, a partir del guion de Eric Heisserer (“Arrival”)
y recordada por el Oscar en “In a Better
World”, retrata el poder del caos y supervivencia con gran verosimilitud.
Evocando a cintas como a “Quiet Place” y con un
equilibrio visual entre la trama y la pantalla, la película con una narración
clásica del género (puesta en escena y sonido), mantiene el interés a lo largo
de la proyección y Bullock saca adelante a su personaje por su empatía con él.
“Bird Box” esboza una condición según la cual, al
menor interés por observar lo que acecha, podría resultar en una destrucción. Y
mientras nos llena en un estado intacto de perplejidad sobre cómo y cuándo la
mirada será rea de la muerte, los protagonistas se ajustan a reglas de
supervivencia.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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