Este filme de Islandia es un excelente trabajo en todos sus contextos. Pero bien valdría la pena decir que esta historia, simple en apariencia, nos lleva de la mano a la soledad, pero sobre todo nos introduce sin rodeos en la existencia humana a través de dos seres humanos (huraños en apariencia) y su supervivencia.
Cargada de algunos silencios propios de la soledad que no del aislamiento del mundo (aunque pareciese), el rencor, la venganza son los tópicos para hablarnos de la vicisitud del alma cuando no encuentra sus verdaderas respuestas a lo que ocurre a su alrededor. Digamos entonces que estamos ante un filme dramático que siempre recalca la incomunicación entre nosotros. Si en ese paisaje lleno de frío, nieve y ausencia de muchas cosas de una urbe, incomunica (por culpa de los silencios del hombre), es evidente que es necesario trastocar la realidad más para bien que para mal.
Rams pues se constituye en un filme a visionar y si esta historia de dos hermanos no llega a un buen puerto, es urgente que en estos días que vivimos hagamos puentes fraternales para hacer lo contrario a lo observado en la cinta. esto es la película: hacer junto o contrario, de lo que vimos a lo largo de 90 minutos (sin metáfora alguna).
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Gonzalo Restrepo Sánchez