Destacadísima actuación de Jake Gillenhaal sobre la vida de un boxeador, quien con los altibajos del deporte y de la vida, intenta encontrarse así mismo, ante tanto "golpe" de la vida. Y de eso trata el filme, sobre esos golpes que da la vida sin parar, y que hay que sobreponerse y seguir luchando.
Metáfora pues bien diseñada y que si bien el relato audiovisual plantea algunos clichés del género, el filme nunca decae, mantiene un ritmo acorde alas interioridades de un ser (que nos cae bien ante tanta adversidad). En este sentido se desarrolla pues un drama, que no cae en la sensiblería, ya que no plantea previsiones exageradas para la mente del espectador. Sobre todo cuando de dejar una lección moral al público se trata.
Historia pues que vale la pena ver y recomendar, pues si algo está claro, es que hay que revindicarse con uno mismo y con aquellas persona que uno realmente quiere y protege. En este sentido el cineasta logra su cometido. Aplausos.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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