Basada en las memorias de Philippe Petit, este encuentro con la reciente cinta de Zemeckis, nos deja la sensación de un buen trabajo cinematográfico. Con algo de comedia y con algo de inquietud, la historia plantea lo que los sueños de los hombres arriesgados son capaces de realizar.
En este contexto, la terquedad es el ingrediente para tomar decisiones personales que dejan la sensación de libertad y felicidad. estos dos vocablos se perciben a lo largo de una historia, donde los últimos 17 minutos nos dejan exhaustos. sobre todo par los que tememos a las alturas y más sin las del Word Trade Center de los Estados Unidos.
La historia no decae en su interés y siempre atenta a los pasos de Petit, nos lleva de los sueños a la realidad cogidos de la mano. Los personajes siempre ofrecen la garantía de estar frente. Narrada en primera persona, la cinta adquiere un tono muy a lo Zemeckis: optimismo y sentimiento. Y muy spielberiana (juega con los sentimientos).
Gonzalo Restrepo Sánchez
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