Thriller con ribetes de realismo mágico que nos habla del
amor y el encuentro con uno mismo y de uno a mismo con su alma gemela. Ahora
esta última idea, la propone sin destemplanzas el cineasta. Las pinceladas del
thriller a mi juicio no restan interés en la búsqueda del objeto del deseo de
más de un gánster (el film quizá no lo resuelve favorablemente).
Lástima que la mala crítica la haya hundido pronto al
olvido. Pero la lección queda: Ángeles, del griego mensajero o intermediario,
alude a categorías de seres supra dimensionales cercanos a la Divinidad que son
portadores de noticias, mensajes, o en ocasiones; ejecutores de órdenes que
provienen de Dios. Esto no se “lee” en el film. ¿Será que los Ángeles se
confabularon contra los productores del film? ¡Vaya usted a saber!
Por lo demás, me parece que Megan Fox en el roll de ángel,
no luce del todo mal, pero es que su imagen parece adaptarse a otros formatos
audiovisuales. Y es que uno no consume el producto, si no la imagen que tiene
ese producto, mi estimada Megan.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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