domingo, 13 de octubre de 2013

GRAVITY

El Cineasta mexicano Alfonso Cuarón (“Y tu mamá también”) en su reciente película “Gravity”, demuestra toda su capacidad narrativa en este film, casi, una obra maestra. Hay en esta cinta una metáfora bien diseñada, con imaginación, y que nos habla fundamentalmente de dos ideas.

La primera, que la libertad del ser humano no tiene destino. El ser humano sí, pero (insisto, la libertad, no). Y es que viendo los avatares de la doctora Ryan Stone (Sandra Bullock), primero, es necesario interpretar la vida como un hecho accidental e inexplorado. Ahora, el ser humano —su “¡Máxima Expresión!”— a través de su vehemente vida existencial, la ha orientado muchas veces a complicadas combinaciones preceptúales, y la “energía del cosmos” —magistral y bellamente metaforizada en el film— la ha dotado de capacidad, originando lo que podríamos denominar como los potenciales vitales —manifestaciones biológicas— que nos rigen. 

Entonces, esta primera representación nos habla que la libertad (palabra cuneiforme sumeria Ama-gi, que literalmente, significa “volver a la madre”): No tiene destino (fátumhado o sino, el poder sobrenatural inevitable e ineludible que, según se cree, guía la vida humana).

La segunda idea, viene de una frase que alguna vez el cineasta mexicano Arturo Ripstein me dijo: “Persistir sin esperanza”. Y es que el tercer tercio de la fábula cuando la doctora Ryan Stone dice: “El que no arriesga no gana” (ante una secuencia sin límite de imaginación), entendemos que cuando no hay más a donde ir, todo esfuerzo por salir del “aprieto” bien vale la pena (la libertad ni lo agradecerá, y creo que el destino como antítesis tampoco).

Película pues altamente recomendada, que ganará una buena cantidad de “Oscars” y que marcará un antes y un después en este cineasta mexicano que todos sus films los ha iluminado Emmanuel Lubesky.

Gonzalo Restrepo sánchez                                                            

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