La película que nos muestra la vida de Ruth Etting, en este film de Charles Vidor de dos horas de duración, plantea a modo de musical, aunque también se combina con el drama, los avatares de una cantante.
Cabe destacar en lo estrictamente cinematográfico, que esa oposición entre la cantante (una Doris Day excepcional) y James Gagney en el roll del malo y déspota Martin Snyder, confieren interés a una historia, que de mostrar sólo el ascenso de la bella cantante, hubiera caído en el tedio, en medio de los años veintes en Chicago, donde se ubica la historia.
Ahora, no es sólo el elemento de la
afanada vida de Ruth Etting, por el dinero, fama y posición social. Es que todo
acompañado por la partitura de Parcy Faith, nos sirve para aproximarnos a la
música de los años cincuentas. De todas formas, una Doris Day grande, que
siempre llevaremos en nuestros corazones.
Gonzalo Restrepo Sánchez