Con la música de Nino Rota y la dirección de Robert Rossen, esta es una película de una
historia de una Mangano menos voluptuosa, para hablarnos de los sueños, de las ambiciones y todo en medio de ¿dos amores?. En este contexto, el guión no tiene sobresalto alguno y diseña en su discurso, un escaso miedo del personaje a ser uno mismo quien se enfrente a sus indecisiones.
Recordada por “Arroz amargo”, aquí también Silvana demuestra que no sólo era su cuerpo y sensualidad, sino su valor interpretativo, aun para “mujeres fatales”.