jueves, 14 de junio de 2012
EL ÚLTIMO BAILARIN DE MAO
La película está basada en la autobiografía del bailarín chino de Li Cunxin. Un drama que de pronto parece previsible, pero es que cuando se tiene talento y se cuenta con un buen samaritano, las cosas previsibles tienen que darse. Este es un film ejemplo sobre aquellas personas que aprovechan las oportunidades que la vida les ofrece. Claro que este excelente artista luego fue llamado traidor por el régimen comunista.
Bruce Beresford (director de la galardonada “Paseando a la señora Daisy”) logra entonces un film lleno de momentos magistrales, emotivos y con la idea quizá (según la lectura particular de cada espectador) de quienes son los buenos y quienes son los malos, aunque la parte política es lo que menos trasciende en el film. De todas formas, la recreación de la China post-maoísta de los años ochentas, está muy bien lograda.
No me gustaría terminar sin dejar de comentar la partitura de esta película, que estuvo a cargo de Christopher Gordon. El desarrollo tímbrico, es decir, la contraposición entre lo magnánimo y lo austero (instrumentos chinos, como erhu, guzheng o yangqin), aparecen bellamente fusionados con una orquesta sinfónica, generando colores de pronto no imaginados antes por mi. Y no es una exaltación desmedida, es que la música es así.