sábado, 9 de junio de 2012
Blancanieves y la leyenda del cazador
“Blancanieves y la leyenda del cazador” es un buen film de belleza e imaginación, que toma como punto de partida el cuento de los hermanos Grimm. De principio a fin, la cinta conserva su interés (a pesar de los clichés), y que mantiene a lo largo de la trama el concepto del héroe, el villano y el objeto del deseo al alcance de las manos de sus contrincantes, pero luego el destino parece que les negara esa opción.
Y es que ese manejo del bien y el mal a tope, siempre ha sido el resorte en el cine, que siempre juega con nuestros sentimientos, y, hace que en algunos momentos, estemos de parte de alguien de la trama (de eso se trata). Además, a lo largo de la vida siempre se ha manejado esa piedra filosofal sobre la vida eterna y donde buscarla (y es que viendo ese concepto visual en el hermoso rostro de Charliza Theron, en sus primeros planos, pues a la larga concluimos que bien vale la pena envejecer (y morir).
Visto así el asunto, este trabajo de entretención para el gran público (con un tono casi de terror y con buen ritmo), goza de las excelentes caracterizaciones de Charlize Theron, Kristen Stewart y Chris Hemsworth entre otros. De nada vale hacer referencias a otros textos audiovisuales que podría evocar, pues es evidente que a todos a los que se aproximen, manejan ese imaginario colectivo que da a un film su valor de identidad.
Ahora, desde el punto de vista semiológico, siempre en estos temas, los relatos fantásticos configuran ese universo mítico porque las ciencias sociales (y remitiéndome a Levi Strauss) adquieren valor significante sólo cuando se oponen entre sí. Conclusión: San Agustín pasó gran parte de su vida cuestionándose sobre la existencia del mal, hasta que leyó a Platón y a San Pablo.