René Féret es el director de esta película francesa, que si bien pretende auscultar la personalidad de la hermana (también prodigio en la música) de Mozart, más bien plantea una circunstancia que abre las inquietudes de una chica de cualquier época. No en vano el hombre siempre ha sido el mismo a lo largo de su vida en esta planeta.
Respecto al film, con una luz natural y detallista (que no incisiva), bien propone en ritmo lento y emplazamientos de cámara casi imperceptibles, pues la dulzura y feminidad de Manerl y su música nos lleva a la quietud de quien no está siempre a la espera de una vida distante de la corte de Luis XV.
Bien por la caracterización de la actriz Marie Feret, la época bien acentuado en su iluminación y sobre todo la música que arropa un relato bien sobrio, pero lleno de esa musicalidad cuando la cámara no es forzada.
