viernes, 6 de abril de 2012

Kokuhaku (Confessions)

Este thriller de Tetsuya Nakashima es la mejor cinta nipona según la Academia japonesa de cine en el 2011. Su titulo que bien pudo haberse escrito como “Nanami” (la niña ausente pero presente a lo largo del relato), es la historia de una profesora y madre soltera llamada Moriguchio que en un recinto escolar, comienza a contar quien del salón mató a su hija de tres años.



Pero sin revelar los nombres y con una estrategia al mejor estilo de los thrillers donde todos en apariencia son culpables, el cineasta en largos y cortos flash backs (¿donde se revela a los culpables?), nos relata los pormenores reales y supuestos de un asesinato, donde los chicos del salón donde dicta su clase son los motores de las necesidades de un ser humano acosado de culpas en tempranas edades.

Metáfora pues sobre lo fácil que es olvidarse de lo que significa vivir y en un país como Japón. La historia con diálogos adultos en gente joven y sin ser traída de los cabellos (y con un par de clímax que sorprenden), traduce las inteligencias que desean ser protagonistas con ausencia de confesiones, para remitirme al título de la cinta. Y es que por algo se cita a “Crimen y castigo”, de Dostovieski.