lunes, 20 de febrero de 2012

TAN FUERTE, TAN CERCA

Este film, de Stephen Daldry que bien pudo titularse Oscar (en referencia al niño protagonista de esta maravillosa fábula), nos habla de la búsqueda de la verdad de la vida, con base en la desaparición del padre del niño en el ya lejos, pero tan cerca suceso del 9/11.


Cargada pues de situaciones referentes a la vida y la muerte como un oxímoron visual (si se me permite la licencia poética) entre el niño inteligente y sus relaciones con la adultez (un Max Von Sydow que ganará el “Oscar”), esta trama nos invita a reflexionar sobre la búsqueda de la verdad por vivir.

Si bien Kant sostenía que “el mundo es una representación mía”, la historia plantea una percepción de la vida sin echar la culpa a nadie. Estamos donde estamos, porque el devenir de la vida no tiene llaves precisas para abrir tanto interrogante, por mucha sagacidad que tengamos en el transitar por la misma.

Historia pues que refleja que la vida es un mar de niñez y adultez, que sirve para evaluar que de ella bien vale la pena vivirla. Qué bien vale la pena correr cuando hay que correr y sentarse a cuando hay que sentarse.