martes, 22 de noviembre de 2011

CARNAGE


Para esta excelente película de actores, traigo de nuevo a colación lo que en otro análisis dicté: “Según Jean Mitry en el cine no existen metáforas como tal, sino estructuras metonímicas que actúan como metáforas, pero para que funcionen de este modo debe haber un deslizamiento de sentido percibido por el espectador de un término a otro”.

Esto es lo que podemos ver claramente en el reciente film de Polansky, que con una unidad perfecta de acción, tiempo y en un solo apartamento como escena; recriminaciones, insultos, la culpa compartida, “¡La gilipollez, políticamente correcta!”, es a la larga la gran verdad de lo que ocurre en un parque con los hijos de un par de parejas (dos chicas y sus respectivos esposos), quienes develan la verdadera máscara que llevamos puesta para cada circunstancia.

Ya lo dijo un presidente norteamericano, cuando dos personas se conocen en realidad son seis: como soy, como quiero que me veas y como posiblemente me esté viento. Del lado contrario lo mismo. Así, que en esta cinta vemos a veinticuatro personas hablando de la moralidad y la conducta de seres humanos. De la autenticidad del yo, la farsa, y, es que ¿Todos somos monstruos (como escuchamos en el film)?