viernes, 28 de octubre de 2011

SLEEPING BEAUTY

Para mostrar a través de la cámara ese oscuro objeto del deseo, la cineasta Julia Leigh a través del lozano cuerpo de una prostituta (Emily Browning), se introduce en la mente de todos aquellos quienes, deseando amar, se quedan absortos ante la belleza de un cuerpo fértil y dormido. En este sentido el film nos remite a Yasunari kawabaka con “la casa de las bellas durmientes” (libro que recomiendo), en el sentido de que el deseo, la impotencia ante la absoluta vulnerabilidad y fragilidad, la desolación y desesperanza, la nostalgia y el coqueteo con la muerte se muestran de manera recurrente en esta historia.



En el libro de kawabata, una desconcertante joya de la literatura, llena de delicadas sensaciones e inolvidables imágenes cuidadosamente trazadas, leemos como ancianos adinerados pueden pasar la noche junto a hermosas jóvenes ví¬rgenes desnudas profundamente dormidas. De pronto (digo de pronto), la cineasta quiso exaltar a través de planos de una duración casi infinita, lo que Yasunai impregna en su lectura.