domingo, 16 de octubre de 2011

El hijo de Babilonia

Crónica verista que a través de una abuela y su hijo Ahmed, permite reflexionar sobre la destrucción que habita en el pueblo Kurdo iraquí. Además en clave de road movie, el film también nos habla de la vida interior de los personajes, quienes en medio de la situación de destrucción del espacio habitado por los soldados norteamericanos y los iraquíes, la historia como un manantial, también abriga la esperanza vista a través de la mirada del niño por hallar y ver a su padre. En hebreo la palabra «hijo» no expresa sólo las relaciones de parentesco en línea recta, sino que designa también ya la pertenencia a un grupo. Por ejemplo: «hijo de Israel», «hijo de Babilonia» Ez 23,17



Los valores acusmáticos de la cinta, recrea y asume presencia en el espacio de la devastadora representación del arma y los atiborrados parloteos de un idioma que no entendemos, pero que sólo las miradas abrigan a comprender la situación sobre las desapariciones y solemnidades de las viudas.

Film pues bueno, pues sin tremendismos y nada que exagere la ambición de los reencuentros entre un padre y su hijo desesperado. Y es que la mirada de Ahmed y su abuela, nos descifra el pensamiento que todos intuimos.