
Este género bélico, siempre ha demostrado que los enemigos invariablemente son los principales sospechosos de los engaños, y no los propios señaladores (con unos propósitos premeditados y específicos de atacar). En este sentido, la trama recalca al subteniente Roy Miller (un Matt Damon impecable en su caracterización) y a su equipo, a quienes se les encargan la misión de buscar lo que no existe.
Pero es a partir de esto último, donde la confabulación da un giro inesperado, y adquiere los ribetes de thriller. Las escenas nocturnas en el último tercio de la película, destellan los escondidos propósitos de todos aquellos (buenos, malos y menos malos) quienes, formando parte de un conflicto armado, revelan posiciones finales moralistas, que mucho tienen que ver con intereses particulares.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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