Un log line
como Vivienne (Sarah Jessica Parker en un excelente roll),
una cantante de jazz neoyorkina, recibe un nefasto diagnóstico para su salud",
podría ser todo para entender lo que deviene en la vida de este ser humano. Sin
embargo, con cierto matiz emocional a este híbrido de musical, drama y romance, permite
al menos estar atento frente a la pantalla.
Actualizando
la idea del filme “Cléo 5 a 7” (1962), un clásico de Agnès Varda, la película
utiliza la inmortalidad de la música en una mujer que va a fallecer. Esta propuesta
antagónica permite evaluar que la vida a la larga no es nada por muy heroína
que el personaje pueda ser ("Ha veces siento que la mente se me hace polvo", dice la letra de una canción). Historia pues cargada de
una
premisa fundamental: ¿existe un mínimo espacio de luz entre
el miedo a una determinación y el escenario de un veredicto de muerte?
La
guionista Laura Eason ("House of Cards") parece ser que toma prestada
la estructura básica de Varda y realiza un guion aceptable donde todos los
encuentros al azar (o no) que se observan, sirven para modular y/o las opciones
melodramáticas de la cinta.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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